viernes, 17 de octubre de 2014

No era un robledal

No era un robledal
era un árbol singular
Huía del dolor otoñal
era de cromatismo natural

Verde clorofila y vida
flores echan rosa a gritos
y un naranja que atardecía
marrón claro en sí mismo

y el árbol en sus hojas
duchado en el seco dorado 
del naranja se despoja
el otoño ha llegado

Las ramas de lo más alto
cual anémona marina
su envoltorio de musgo verde claro
aúricos rayos de argentio las ilumina

Entre toda esa riqueza
entrará Invierno por la fuerza
El árbol desnudará sus venas
esperando a que de nuevo el fuego venga.

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