No me puedo creer que sea quien soy, que esté donde estoy, que haga lo que hago, que piense como pienso,... que exista yo ni la más remota posibilidad de que exista el existir. Y ya ni hablamos de que en un remoto planeta de un remoto sistema de una remota galaxia de un remoto cúmulo de galaxias de un remoto universo de un remoto tiempo los humanos llegasemos a existir. Que no es solo que existimos y punto. Hace muchísimo un meteorito de vete tú a saber dónde llegó cargando unas bacterias ( de un tipo concreto, sin lo cual lo mismo no eramos humanos sino otra cosa, si es que eramos algo. Por cierto, me da que esas bacterias son prueba suficiente de que hay vida por ahí a fuera, pero vaya que yo no digo nada...) que a su vez evolucionaron en lo que evolucionaron y no en cualquier otra cosa de cualquier otra forma. Que además de todo esto, muuuucho antes un montoncito de gigarocas empezaron a girar alrededor de una nueva estrella creando órbitas al rededor suya para luego irse uniendo esas rocas y crear planetas. Y, ¡Ahí va! Vaya casualidad que justo en este planeta que os decía cayeron unos cometas de hielo, que se mezclaron con la lava para crear litosfera, crearon el agua líquida que hoy sale tan fácilmente de tu grifo. Es igual de casual o más que yo naciera siquiera, y encima que naciera en esta época (si nazco en el medievo lo mismo me era mejor no nacer...). Coincidencia que yo haya nacido en este país, en aquel momento bajo aquel amparo, en esta mi familia, el haber hecho todo lo que he venido haciendo hasta ahora y todos aquellos con los que me he cruzado tanto los que se quedan como los que dejan algo antes de irse, al igual que es todo culpa de la casualidad que yo esté hoy escribiendo esto...
¿O quizá no?
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